Relicario con la representación de un santo, podría tratarse de san Gregorio por su similitud con uno de los ejemplares que pertenecen a la colección de relicarios de la capilla universitaria de la Universidad de Sevilla.
Este tipo de relicarios fueron comunes a partir de la segunda mitad del siglo XVI, sobre todo después de que se llenaran los armarios relicarios del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial con los numerosos bustos encargados por Felipe II a Juan de Arfe y su yerno Lesmes Fernández del Moral.
La moda persistió durante la primera mitad del siglo XVII y se hicieron gran cantidad de ellos para colocar en bancos o en nichos a lo largo y ancho de los retablos.Salto de línea