Unidad no es uno

La experiencia ante una obra de arte puede ser íntima y solitaria, un instante de conexión personal con la belleza o el misterio de una pieza. Pero también es un espacio de encuentro, donde el arte nos une a través de emociones compartidas y relatos comunes. Lo vemos en la exposición Nuclear. Juan Haro en la Casa del Sol, donde las esculturas nos confrontan con las pasiones humanas que nos definen, y lo sentimos en cada actividad que nos invita a interpretar juntos lo que vemos, a dialogar y a construir significados colectivos.

Esta primavera, la programación del Museo Nacional de Escultura sigue la línea marcada por el ICOM en el Día Internacional de los Museos, reflexionando sobre el tránsito de lo individual a lo colectivo. Más allá de sus muros, el museo extiende su vocación hacia la comunidad, conectando con el tejido social, con artistas, músicos y creadores que reavivan la memoria desde lenguajes contemporáneos. Porque el museo no solo conserva el pasado: lo reactiva, lo transforma y lo convierte en celebración.